"El Derecho
Constitucional, siempre en la agenda política".
Lic. Miguel Angel DUARTE*
Desde el nacimiento de
nuestro prestigioso diario Comercio y Justicia en 1939 hasta la
actualidad, la política argentina ha mostrado su dinamismo a través
de regímenes democráticos -de núcleos restrictivos; de cause
nacional y popular; de carácter representativo liberal-; y también,
dictatoriales -autoritarios; y de violación sistemática de los
derechos humanos como el proceso de 1976 a 1983-. Es evidente, tal
como se ha señalado recurrentemente, que la inestabilidad
institucional ha sido la regla en la política argentina y la fórmula
para resolver los conflictos en el poder ha sido el 'golpe de
estado'. Así es que la democracia iniciada en 1983 trajo nuevos
aires al sistema político argentino, aún soportando fuertes
sofocones internos -corporativismo, anomia, concentración de poder,
contradicciones ideológicas- y externos -producto de los cambios
profundos y vertiginosos provocados por la globalización neoliberal
principalmente a partir de la década de 1990. Luego la crisis de
20001/2002, sufrida en la Argentina postmenemista, muestra las
grietas más profundas de la estructura socio-económica, quizás no
previstas o quizás buscadas al tiempo de iniciar las
transformaciones en nombre de la modernización y de la entrada al
primer mundo. Paralelamente, en el plano del derecho constitucional
se observa un avance importantisimo. Luego de aquel polémico 'Pacto
de Olivos' trás el cual Menem obtendría su posibilidad de
reelección y Alfonsín sus logros por una Constitución moderna, la
Carta Magna Argentina logra por vía de la Reforma de 1994 la más
alta calidad. Pero también queda presente en el imaginario colectivo
esa tendencia de los gobiernos a proyectar su perdurabilidad en el
poder, casi como un mandato oligárquico que se expande por cada uno
de los confines municipales, provinciales o nacional.
¿Qué destacamos de
la evolución del derecho constitucional argentino en los últimos
años?
El derecho
constitucional tuvo una evolución muy positiva, principalmente con
la reforma de la Constitución Nacional de 1994 inspirada en la
matriz del constitucionalismo social y con los avances en materia de
internacionalización de los derechos humanos. Destacamos la
orientación de la reforma de 1994: Moderación del
hiperpresidencialismo; Fortalecimiento del federalismo; Amplia
exhibición de derechos humanos; Mandato presidencial de 4 años con
una reelección inmediata; incorporación de los partidos políticos.
Sin embargo, aún quedan por ser sancionadas la mayoría de las leyes
reglamentarias para hacer efectiva tan moderna reforma -v.gr. ley de
coparticipación, entre otras.
¿Ha adquirido hoy más
trascendencia o por el contrario se lo tiene olvidado?
Las Constituciones más
perdurables son aquellas que surgen de los grandes acuerdos
políticos, es decir de los grandes cursos de acción producidos por
el consenso entre las fuerzas políticas, sociales, y culturales. En
efecto, entendemos la Constitución como un proyecto político que
sintetiza valores, ideales y expectativas populares con proyección
hacia el futuro, y en tal sentido con amplitud para interpretar
cultural e históricamente al pueblo. Esto nos lleva a pensar que la
Constitución en tanto proyecto político siempre está vigente,
aunque no siempre la clase dirigente logre encausar la corriente
principal de la sociedad en el rumbo de su concreta efectividad.
Sin embargo, conjeturamos
que el derecho constitucional va adquiriendo mayor trascendencia a
medida que los gobernantes promueven reformas constitucionales con
miras a perdurar en el poder por vía de las reelecciones.
¿Qué opinas respecto
a la reforma constitucional para lograr la posibilidad o no de
habilitar a la reelección de CFK?
Es importante el debate
acerca de diseños institucionales más efectivos y dinámicos; la
formulación e implementación de políticas de Estado; una nueva y
más simétrica distribución del poder entre nación, provincias y
municipios; entre otras cuestiones. Sin embargo la imposición de una
reforma constitucional en la agenda política actual sólo deja la
sensación de abundar en la tendencia a perdurar en el poder por
parte de quienes gobiernan. Por tal motivo, una convocatoria a
reformar la Constitución en el marco de contradicciones políticas
tan marcadas como se observa en la realidad actual, definitivamente
no sería conveniente.
Arquitectura del
proyecto político constitucional.
Como
sostenemos hace mucho tiempo, ésta debe contemplar el
permanente fortalecimiento del Estado de derecho, la efectivización
del federalismo; la promoción de la ética pública; la
transparencia en el financiamiento de la política; la participación
ciudadana en la esfera de lo público; la libertad de expresión; el
desarrollo humano sostenido y la plena vigencia de los derechos
humanos.-
Deseo a Comercio y
Justicia cooperativa de trabajo, felices 73 años y que sigan en el
cumplimiento de su visión: contribuir a “incorporar valor a
diferentes procesos en los ámbitos profesionales, empresariales,
económicos, políticos, sociales”.
EXCLUSIVO PARA COMERCIO Y JUSTICIA, Publicado en Suplemento Aniversario, martes 2 de octubre de 2012, pp.6-7.
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Licenciado
en Ciencia Política (UCC). Profesor de Derecho Político en la
Facultad de Derecho y Ciencias Sociales (UNC). Prosecretario General
de la Asociación Argentina de Derecho Político. Candidato a Doctor
en Doctorado en Ciencia Política del Centro de Estudios Avanzados
(UNC).
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