1.5.11

Humilde homenaje a Ernesto Sabato (24 jun 1911 - 30 abril 2011).

Tiene vigencia el debate propuesto por Sergio Marras en el libro publicado por el Grupo Editorial Zeta en 1992, en el que realiza entrevistas a 16 escritores latinoamericanos. 
El tema central de las conversaciones trata sobre la existencia de América Latina, si existe una identidad latinoamericana, si es un invento francés, o una prueba de la capacidad arquitectónica de sus clases dirigentes, o un ensayo europeo para el ejercicio de su dominio. 
Entre los más destacados escritores entrevistados se encuentra Ernesto Sabato, con quien Marras conversó en Santos Lugares el 13 de septiembre de 1991. 
En memoria a Sabato -nacido el 24 de junio de 1911 y fallecido el 30 de abril de 2011- tomo unos párrafos en los que reflexiona sobre el hombre, el Estado y los flagelos del hiperdesarrollo. 
Miguel Duarte (1-5-2011).

- Ernesto Sabato: “[E]n lugar de entristecernos por haber perdido el tren del hiperdesarrollo, deberíamos casi bailar de alegría. La droga, por ejemplo, no es un problema policial; es un problema espiritual. Para no hablarle de los demás males: robotización del ser humano, mecanización, desacralización de todo, desde la naturaleza hasta el alma de los hombres y, sobre todo, de los adolescentes. La concentración industrial y capitalista produjo en las regiones más avanzadas un hombre desposeído de relieves individuales, intercambiable, como uno de esos aparatos que se fabrican en serie. La modernidad consumó una paradoja siniestra: el hombre logró la conquista de las cosas a costa de su propia cosificación. La masificación suprimió los deseos individuales. El Super-Estado, capitalista o socialista, necesita seres idénticos. Colectiviza los deseos, masifica los instintos, embota la sensibilidad mediante la televisión, unifica los gustos mediante la televisión, la propaganda y sus slogans, favorece una especie de panonirismo, de sueño (aunque mejor sería decir de pesadilla) multánime y mecanizado: al salir de las fábricas y oficinas, esclavos de máquinas y computadoras, estos hombres entran en el reino de los deportes masificados, en el reino ilusorio de los folletines y de las series de televisión fabricadas por otras maquinarias y computadoras. Son tiempos en que el hombre se siente a la intemperie metafísica. Aquélla ciencia que los candorosos creían que iba a solucionar todos los problemas físicos y hasta espirituales, acarreó, en cambio, esos estados gigantescos con su inevitable deshumanización.” (MARRAS, 1992: 427-428).

MARRAS, Sergio (1992): América Latina Marca Registrada. “Ernesto Sabato”, Grupo Editorial Zeta, 1ra. Edición, pp. 421-438.